Por Yoel Espinosa Medrano
Más de cincuenta personas resultaron envenenadas en
la cafetería particular “El Renacer”,del poblado
de Rancho Veloz, municipio de Corralillo, en Villa Clara. Un batido de mamey
las mantuvo en estado comatoso, ingresadas en el Hospital 9 de Abril, de Sagua
la Grande, durante más de una semana.
Son muchos los que se preguntan cuál fue el origen del envenenamiento:
¿la leche, el mamey, el azúcar…? En principio, se creyó que la causa estaba en
un fertilizante que es usado (ilegalmente) como madurador
de frutas.
Pero los especialistas médicos han dicho que ese
fertilizante no genera altas fiebres, de más de 41 grados, ni pone cianóticos a
los pacientes, ni produce diarreas constantes, amenazando con la provocación de
infartos, como fue el caso de los envenados.
Al final, nadie sabe nada. Tampoco ha ofrecido nadie
una explicación pública sobre ocurrido.
La cafetería permanece cerrada. Quebró por falta de
clientes. Aunque, hasta donde se conoce públicamente, su dueño, Alexis Molina
Ramírez, no ha tenido mayores dificultades con la ley. Después de estar
encerrado durante setenta y dos horas, posteriores al hecho,como medida
preventiva, en el local de la P.N.R de Corralillo, ahora ya camina libremente
por las calles de Rancho Veloz, y “sin complejo de que me vean”, como reza
la guaracha.
Detrás o delante de Alexis Molina se deslizan las
murmuraciones. Alguien dijo saber de buena tinta -y ahora todos lo repiten- que
no le sucederá nada porque todos los compuestos de su batido mortal fueron
vendidos por dirigentes corruptos de la Industria Láctea en la ciudad de Sagua
la Grande. El hecho concreto es que en lugar de ser llevado ante los
tribunales, Molina sólo ha sido multado bajo el cargo de tener el local de la
cafetería en condiciones no higiénicas.
Se murmura también que no sólo negocia con los
funcionarios corruptos, sino que es un protegido de las fuerzas ocultas del Ministerio
del Interior. Parece entonces que sus mezclas no se limitan a combinar leche,
azúcar y mamey.
Cotilleos al margen, se impone otro hecho cierto, y
es que asociado a un amigo (que sirve de pantalla), Molina ya inauguró una
nueva cafetería, muy cerca de su antigua “El Renacer”. Que Dios proteja a los
bebedores de batidos mortales en Rancho Veloz, ya que no cuentan con ningún
otro tipo de protección que venga desde arriba.