lunes, 25 de junio de 2012

50 ENVENENADOS CON LECHE DE SAGUA LA GRANDE



Por Yoel Espinosa Medrano


Más de cincuenta personas resultaron envenenadas en la cafetería particular “El Renacer”,del poblado de Rancho Veloz, municipio de Corralillo, en Villa Clara. Un batido de mamey las mantuvo en estado comatoso, ingresadas en el Hospital 9 de Abril, de Sagua la Grande, durante más de una semana.
Son muchos los que se preguntan cuál fue el origen del envenenamiento: ¿la leche, el mamey, el azúcar…? En principio, se creyó que la causa estaba en un fertilizante que es usado (ilegalmente) como madurador de frutas.
Pero los especialistas médicos han dicho que ese fertilizante no genera altas fiebres, de más de 41 grados, ni pone cianóticos a los pacientes, ni produce diarreas constantes, amenazando con la provocación de infartos, como fue el caso de los envenados.
Al final, nadie sabe nada. Tampoco ha ofrecido nadie una explicación pública sobre ocurrido.
La cafetería permanece cerrada. Quebró por falta de clientes. Aunque, hasta donde se conoce públicamente, su dueño, Alexis Molina Ramírez, no ha tenido mayores dificultades con la ley. Después de estar encerrado durante setenta y dos horas, posteriores al hecho,como medida preventiva, en el local de la P.N.R de Corralillo, ahora ya camina libremente por las calles de Rancho Veloz,  y “sin complejo de que me vean”, como reza la guaracha.
Detrás o delante de Alexis Molina se deslizan las murmuraciones. Alguien dijo saber de buena tinta -y ahora todos lo repiten- que no le sucederá nada porque todos los compuestos de su batido mortal fueron vendidos por dirigentes corruptos de la Industria Láctea en la ciudad de Sagua la Grande. El hecho concreto es que en lugar de ser llevado ante los tribunales, Molina sólo ha sido multado bajo el cargo de tener el local de la cafetería en condiciones no higiénicas.
Se murmura también que no sólo negocia con los funcionarios corruptos, sino que es un protegido de las fuerzas ocultas del Ministerio del Interior. Parece entonces que sus mezclas no se limitan a combinar leche, azúcar y mamey.
Cotilleos al margen, se impone otro hecho cierto, y es que asociado a un amigo (que sirve de pantalla), Molina ya inauguró una nueva cafetería, muy cerca de su antigua “El Renacer”. Que Dios proteja a los bebedores de batidos mortales en Rancho Veloz, ya que no cuentan con ningún otro tipo de protección que venga desde arriba.