domingo, 19 de octubre de 2008

La Viejita de Sagua


Una heroína silenciosa
Por Juan Carlos Linares
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Cumplió 10 años de prisión, por ser anticastrista, de 1964 a 1974. Le tocó la sentencia más corta de su grupo, quizás porque era la única mujer. Ayudaba con suministros a los alzados en la región de Villa Clara.

Petra Serafina Díaz Castillo (Finita) tiene 83 años cumplidos, y una historia que contar. Una historia triste y valiente.

"Del juzgado me condujeron a la prisión de Guantánamo, y de ahí me trasladaron para la de Guanabacoa. Allí hicimos un motín y lo rompimos todo. Nos redujeron a fuerza de chorros de agua a presión y a golpes. Me dieron un puntapié en el bajo vientre que me provocó muchas hemorragias, y hasta hubo que operarme de urgencia. Hubo muchas más mujeres heridas… aquello era como un campo de concentración".

Por aquel entonces, Finita sólo tenía a su hijo de 20 años, que militaba en la organización juvenil progubernamental. "Le dijeron que no podía visitarme en la prisión. Por entonces yo estaba cumpliendo en la granja 'América Libre'. Así fue que abandonó esa organización, y por hacerlo lo llevaron para Camagüey al servicio militar obligatorio".

Pequeña y vivaz, sus ojos húmedos brillan cuando habla de su difunto hijo. "El siempre fue un niño muy callado, introvertido y tranquilo", dice.

"Yo, cuando cumplí, tuvo que quedarme a vivir en La Habana, pasando trabajo. Sí, pues cada vez que iba a mi pueblo natal, Sagua la Grande, me registraban y me acosaba la policía. Estuve tres años sin casa. Me dedicaba a cuidar enfermos en los hospitales. Fui reuniendo y con alguna ayudita de mi familia me compré este cuartito".

En Aranguren 1-A entre Calzada de 10 de Octubre y Dolores se puede localizar a Finita. Tiene la dicha de gozar de muchas amistades que la quieren. Nunca ha renunciado al compromiso moral hacia los presos políticos. Desde que salió de la prisión ha viajado mucho por la isla, llevándoles comida y apoyo espiritual.

En cierta ocasión quiso abandonar el país. "Yo no quería irme, pero mi hijo sí. En 1980 (cuando los sucesos en la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana) intenté buscar la salida. En pleno disturbio me metí allí. Pero los castristas comenzaron a lanzarnos botellas, piedras y cuanto había, y salí. Pocos días después nos hicieron un acto de repudio a mi hijo y a mí en la casa. Nos lanzaban huevos podridos, calabazas podridas, nos clavaron la puerta por fuera, nos gritaban "escoria"… Yo salí y quité las tablas que habían puesto. Luego nos sacaron a la fuerza. Continuaron tirándonos encima huevos y melones podridos, y nos llevaron a una estación de la policía cercana. Por la noche nos soltaron.

"Mi hijo intentó incorporarse a su trabajo. Cuando aquello laboraba en una dependencia de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Marianao. Alguien avisó a sus compañeros que yo estaba en trámites emigratorios y ellos mismos le cayeron a golpes. Le pegaron mucho. El siempre fue flaquito, comía mal y era enfermizo. El pobre, llegó como pudo a casa. Sangraba y se desmayó. Lo llevé al hospital y el médico me dijo que tenía un derrame cerebral".

La salud de su hijo iba de mal en peor. Finita afirma que la atención médica no fue la mejor. Unos años después hubo que amputarle una pierna, y poco después falleció.
Increíblemente, la muerte de su hijo pareció darle nuevas energías a Finita. "A finales de los 80 me incorporé a las actividades por los derechos humanos en Cuba. Recientemente estuve en la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, el 20 de mayo. Fui con un pie enyesado. Pertenezco al Comité de Apoyo a las Damas de Blanco. Y si sólo tuviese un bocado de comida, lo comparto con mis hermanos, los presos políticos cubanos".
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...................................................................................................la boca abiera a calor, como lagartos...
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jueves, 16 de octubre de 2008

SAGUA

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Lo que no reporta la prensa sagüera
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"A mi hija la mataron en el hospital 9 de Abril"
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Las malas condiciones higiénicas del hospital 9 de Abril de Sagua la Grande, ha provocado daños en los pacientes y en ocasiones la muerte. Una madre desesperada denunció los hechos y cómo dejaron morir a su niña recién nacida.

Varios días después del fallecimiento de la bebita Melinda López Ortiz, su madre se encontraba en la cola de una bodega aquí en Sagua. Allí, entre el tumulto y los pesares se acercó a una activista de Derechos Humanos nombrada María Elena Rodríguez Abreu y le pidió que diera a conocer el lamentable suceso. En minutos llegó a este redactor lo que aún no ha dicho la prensa oficial cubana.

Todo comenzó en el hospital antes mencionado, durante un apagón. La señora Mailín Ortiz Domínguez recuerda que tuvieron que quemar papeles para alumbrarse. Entre la oscuridad, el silencio y el humo nació Melinda. Dos días más tarde la mamá notó que la niña se sentía mal y vió que en su ombligo aparecieron tonalidades rojas y verdes. Rápidamente se quejó a los pediatras y enfermeras, quienes le respondieron: "La nené no tiene nada, es un capricho suyo". Al sexto día la pequeña es reconocida por un pediatra de apellido Modesto, quien dictamina que la menor se encuentra grave, razón por la que fue remitida al hospital materno de Santa Clara.

En el hospital de Santa Clara le realizaron todas las pruebas necesarias, pero era demasiado tarde. Le diagnosticaron una enfermedad causada por un estafilococo de los más agresivos, transmitido por una tijera mal esterilizada cuando le hicieron el corte de la tripa del ombligo a la niña.


La sepsis generalizada le ocasionó un paro cardíaco y respiratorio, y falleció el primero de agosto después de siete días de nacida. Los médicos de Santa Clara no comprenden cómo sus colegas no se dieron cuenta a tiempo de la gravedad del caso. "Sí 24 horas antes se le hubiera suministrado el antibiótico bancomicina la niña estuviera viva" -afirmó uno de los galenos.

La señora Mailín Ortiz denunció que en el hospital cerraron el caso sin darle una sola disculpa. Además, comentó que en los días de su estancia en el hospital de Sagua vio varios casos de mala atención, como el de una embarazada de Santo Domingo que después de tres días de parto con dolores le hicieron la cesárea cuando el niño ya estaba muerto.


La señora Ortiz relató que a otra jóven llamada Geidy, del municipio Cifuentes, cuando le practicaron la cesárea le transmitieron el estafilococo en la herida, el mismo que mató a su hija.

El salón de partos del hospital está contaminado, al igual que el de operaciones. Los funcionarios de salud no toman medidas para evitarlo. La falta de sanidad hace que ratones y cucarachas hagan suya la institución de salud. La señora Ortiz Domínguez afirma: "A mi hija la mataron en el hospital 9 de Abril".



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ESTADO DEPLORABLE DEL HOSPITAL "9 DE ABRIL DE SAGUA LA GRANDE".
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Existe una sentencia entre la población sagüera que dice: "Ahí te curan tu enfermedad primaria pero sales con 20 secundarias".
Reporte de Pepe Beltrán desde Sagua



Sagua La Grande y la “POTENCIA MEDICA”
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El Hospital “9 de Abril de Sagua La Grande” es un verdadero asco según informan todos aquellos que lo visitan y visto por nuestros propios ojos (y cámara fotográfica). El nivel de higiene ha llegado a su grado límite y pasear por sus pasillos es un verdadero peligro. No recomendamos a nadie que se adentre por esos inmundos reductos a no ser por una inevitable emergencia.

Muchas muertes ocurren por esta simple condición de higiene y por infinidad de negligencias; y como nada de esto se paga, pues siguen ocurriendo. Han llegado al horror cuarto-mundista de enterrar las vísceras de las autopsias en el cementerio por falta de combustible para los cremadores y más tarde se han visto perros desenterrando estas inmundicias y regándolas por la carretera de Jumagua.


En el hospital flotan los estafilococos y bacterias de toda índole por su atmósfera, paredes, techos y pisos lo cual provoca que, durante las operaciones la gente se contagie. Hace un tiempo atrás falleció en Sagua la niña Melinda López Ortiz por un estafilocco que se introdujo por su ombligo al nacer y dos niños más se vieron afectados por la misma condición de higiene, el segundo niño falleció y del tercer bebé no se sabe su destino. En todos los países del mundo se publican las muertes, epidemias y negligencias médicas por "radio, TV y periódico" con el objetivo de que estos errores nunca más sucedan, por miedo de los médicos y prevención de la población, pero en Cuba se depende de los reporteros independientes para enterarse de estas terribles noticias debido a que el gobierno prefiere mantenerse ante los ojos de la opinión pública como “una potencia médica” donde nunca se incurren en errores.Vecino del barrio de Villalegre falleció Oscar Triana de virus dudoso y ahora Onelia Sanchez su esposa y dos hijos se encuentran en la misma condición por contagio, los sítomas son de la fiebre del Nilo. Abunda la Hepatitis viral B y hasta el momento se han identificado a unas 300 personas con esta enfermedad.Triste es decir que José Alvarez murió por un simple catarro cuando bajo las condiciones de huracán sufrió las inclemencias del tiempo debido a la dificultad del transporte. Yusmary Sosa Rodríguez de Chinchilla murió por comida en mal estado en un caso donde huvo 40 niños muy graves.Infinidad de casos alarmantes están ocurriendo en esta población. Mientras miles de médicos marchan a Venezuela para no dejar de demostrar que Cuba es “Una potencia médica”.

Pronto contaremos sobre lo que nos dejó el último ciclón "Ike". (Como la prensa pertenece al gobierno nuestras noticias no pueden estar actualizadas. Pero más vale tarde que nunca.).

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NOTICIAS ANTERIORES
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FALLECE UNA NIÑA VICTIMA DE ALIMENTOS EN MAL ESTADO

La niña Yusmari Sosa Tadera, de 11 años de edad, vecina del barrio rural "La Chinchila", perteneciente al municipio villaclareño de Sagua la Grande, falleció el día 18 de mayo, víctima de una severa intoxicación producida por alimentos elaborados en un comedor escolar. Este hecho tuvo lugar en la escuela primaria interna "Máximo Gómez", sito en la Calle Colón, esquina Libertadores, en dicho municipio.

El jueves 15, después de haber comido los alimentos que elaboran en el comedor escolar y que luego son distribuidos en termos de aluminio a las escuelas internas y semi-internas en un carretón de caballos, los niños comenzaron con diarreas, vómitos y fiebre. Alrededor de 50 niños fueron intoxicados y recibieron tratamientos médicos internados en la misma escuela, mientras que la víctima por su estado crítico tuvo que ser internada en el hospital en cuidados intensivos, donde murió.

Queremos destacar que los alimentos de estos niños internos se elaboran en las primeras horas del día y después del almuerzo se guardan para la comida de la tarde sin refrigeración, ya que no existe en la citada escuela. Hasta el viernes 23 no se había restablecido el servicio de comida de estos niños, ya que el comedor escolar no estaba funcionando.

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YA DESDE EL AÑO 2003 UN PERIODISTA INDEPENDIENTE ESTABA REPORTANDO ESTAS NOTICIAS DE "MUERTE EN SAGUA".
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Carta a Servicios Comunales de Sagua la Grande, Villa Clara, Cuba
Por Abelardo Sosa Pérez 27 de mayo de 2003


A título personal Director de servicios Comunales de Sagua la Grande: Yo, Abelardo Sosa Pérez, con número de identidad 122124320, cubano, vecino de Peralejo 32, en Brito y Cecilio González, ciudad de Sagua la Grande, trabajador del cementerio en este municipio, que como miembro íntegro de la sociedad en que vivo estoy en la obligación de velar por su bienestar y salvaguardar sus intereses, razón por la cual, pongo en conocimiento de la parte que señalo, varias Irregularidades de forma nociva que actúan sobre las personas y el medio ambiente que, a mi juicio, son derivadas de la irresponsabilidad de funcionarios que omiten los efectos negativos que estas actividades provocan a nuestra comunidad.

Desconozco mediante que norma, tratado o acuerdo, la dirección de servicios comunales presta servicios a Salud Pública en este municipio para trasladar desde el Hospital 9 de Abril hasta el cementerio en carro fúnebre las vísceras, tejidos humanos y materiales de deshechos provenientes de las necropsias practicadas en el citado hospital, destacando que ese traslado se realiza sin ninguna medida de seguridad.

Este material contaminado se entierra en un hoyo, casi siempre cubierto de agua, razón por la cual flota y por más que se afane el sepulturero nunca queda bien tapado, por lo que con facilidad algunos animales los descubren para alimentarse. Otro hecho significativo es que después de las coronas florales permanecer recostadas a las bóvedas, donde se practican los entierros, por espacio de 7 días los aros de las coronas son recuperados para fabricar nuevas coronas. En ocasiones estos aros sucios de la materia putrefacta que emana de los cuerpos en descomposición son trasladados desde el cementerio por toda la ciudad hasta la funeraria en un carretón de caballos sin ningún tipo de protección.

De la misma forma se recuperan los cristales de los ataúdes después de practicadas las exhumaciones que sin practicar medidas profilácticas para su desinfección son trasladados y almacenados para su recuperación. Los hechos que relaciono en este documento convierten el cementerio en un hospedero de numerosos agentes patógenos que representan un eminente peligro para la salud, no solo para los 20 que en él laboramos, también para los miles de personas que visitan ese lugar durante el año y otros tantos que desfilan detrás de los carros fúnebres con los residuos de las vísceras contaminadas, así como también numerosos personas que de una forma u otra tienen contacto con los aros recuperados de las coronas florales.

Quiero enfatizar que estos actos violan las normas internacionales de control de propagación de epidemias formulada por la Organización Mundial de la Salud, OMS. Además constituye un delito previsto y sancionado en el código penal cubano, cuando refiere en la sección 6ta, otras conductas que implican peligro para la salud pública, articulo 198, que prevé incluso sanciones de privación de libertad. Concluyo destacando que por más de un año que he desarrollado una campaña contra estas practicas poniendo en conocimiento de la administración y funcionarios de la salud el peligro que esto representa para nuestra comunidad -haciendo caso omiso-, en estos momentos, para silenciarme, las vísceras son llevadas a enterrar al cementerio de Sitiecito, aumentando así el recorrido de esta materia contaminada.

Concluyo exhortando a las tres partes señaladas a que en conjunto realicen un estudio sobre estas prácticas para encontrar soluciones constructivas y salvaguardar a nuestra comunidad y el entorno en que vivimos. Queda de usted, Abelardo Sosa Sectorial de Salud Municipal Fiscalía Municipal.

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Respuesta del Gobierno Local de Sagua La Grande.
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La respuesta dada a esta carta sencillamente se convirtió en decir que estábamos en el periodo especial y que no había petróleo para quemar las vísceras estas.

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NOTICIAS DE SAGUA es el humilde periódico opositor de nuestra Villa del Undoso. Lo dirige: Pepe Beltrán desde Sagua y un grupo de proscriptos.

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