miércoles, 29 de diciembre de 2010

Una historia triste y valiente

De una heroína silenciosa
Por Juan Carlos Linares

-Cumplió 10 años de prisión, por ser anticastrista, de 1964 a 1974. Le tocó la sentencia más corta de su grupo, quizás porque era la única mujer. Ayudaba con suministros a los alzados en la región de Villa Clara.

Petra Serafina Díaz Castillo (Finita) tiene 83 años cumplidos, y una historia que contar. Una historia triste y valiente.

"Del juzgado me condujeron a la prisión de Guantánamo, y de ahí me trasladaron para la de Guanabacoa. Allí hicimos un motín y lo rompimos todo. Nos redujeron a fuerza de chorros de agua a presión y a golpes. Me dieron un puntapié en el bajo vientre que me provocó muchas hemorragias, y hasta hubo que operarme de urgencia. Hubo muchas más mujeres heridas… aquello era como un campo de concentración".

Por aquel entonces, Finita sólo tenía a su hijo de 20 años, que militaba en la organización juvenil progubernamental. "Le dijeron que no podía visitarme en la prisión. Por entonces yo estaba cumpliendo en la granja 'América Libre'. Así fue que abandonó esa organización, y por hacerlo lo llevaron para Camagüey al servicio militar obligatorio".

Pequeña y vivaz, sus ojos húmedos brillan cuando habla de su difunto hijo. "El siempre fue un niño muy callado, introvertido y tranquilo", dice.

"Yo, cuando cumplí, tuvo que quedarme a vivir en La Habana, pasando trabajo. Sí, pues cada vez que iba a mi pueblo natal, Sagua la Grande, me registraban y me acosaba la policía. Estuve tres años sin casa. Me dedicaba a cuidar enfermos en los hospitales. Fui reuniendo y con alguna ayudita de mi familia me compré este cuartito".

En Aranguren 1-A entre Calzada de 10 de Octubre y Dolores se puede localizar a Finita. Tiene la dicha de gozar de muchas amistades que la quieren. Nunca ha renunciado al compromiso moral hacia los presos políticos. Desde que salió de la prisión ha viajado mucho por la isla, llevándoles comida y apoyo espiritual.

En cierta ocasión quiso abandonar el país. "Yo no quería irme, pero mi hijo sí. En 1980 (cuando los sucesos en la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana) intenté buscar la salida. En pleno disturbio me metí allí. Pero los castristas comenzaron a lanzarnos botellas, piedras y cuanto había, y salí. Pocos días después nos hicieron un acto de repudio a mi hijo y a mí en la casa. Nos lanzaban huevos podridos, calabazas podridas, nos clavaron la puerta por fuera, nos gritaban "escoria"… Yo salí y quité las tablas que habían puesto. Luego nos sacaron a la fuerza. Continuaron tirándonos encima huevos y melones podridos, y nos llevaron a una estación de la policía cercana. Por la noche nos soltaron.

"Mi hijo intentó incorporarse a su trabajo. Cuando aquello laboraba en una dependencia de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Marianao. Alguien avisó a sus compañeros que yo estaba en trámites emigratorios y ellos mismos le cayeron a golpes. Le pegaron mucho. El siempre fue flaquito, comía mal y era enfermizo. El pobre, llegó como pudo a casa. Sangraba y se desmayó. Lo llevé al hospital y el médico me dijo que tenía un derrame cerebral".

La salud de su hijo iba de mal en peor. Finita afirma que la atención médica no fue la mejor. Unos años después hubo que amputarle una pierna, y poco después falleció.
Increíblemente, la muerte de su hijo pareció darle nuevas energías a Finita. "A finales de los 80 me incorporé a las actividades por los derechos humanos en Cuba. Recientemente estuve en la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, el 20 de mayo. Fui con un pie enyesado. Pertenezco al Comité de Apoyo a las Damas de Blanco. Y si sólo tuviese un bocado de comida, lo comparto con mis hermanos, los presos políticos cubanos".


NOTICIAS DE SAGUA

domingo, 5 de diciembre de 2010

La batalla contra la dictadura continúa en todos los frentes

Continuamos luchando desde Sagua la Grande

Las presiones sí funcionan.
Pepe Beltrán

La policía política de Sagua la Grande ya no me puede desaparecer porque me conoce demasiada gente en el mundo, ¡ esbirros ! son otros tiempos, ya nada se puede ocultar bajo este cielo, así que le comunico a los envidiosos chivaticos que tienen blogs aquí en Sagua que llegué para quedarme y para seguir diciendo lo que ellos se tragan como prostitutas de la prensa.

Cada día recibo más denuncias de parte de la población y se me acumulan porque me ponen muchos obstáculos para que las transmita al mundo libre, pero también cada día surgen nuevos recursos, aparecen nuevas vías que ellos ignoran por unos meses hasta que las descubren de nuevo.

Mi nueva técnica es actualizarme en 2 opciones a la vez y mantenerlas como baraja en manga para el momento en que me bloqueen de nuevo. Durante 51 años se han especializado intensamente en “Bloqueo” una asignatura que dominan a la perfección pero que a la vez ha generado un sexto sentido en la población que se ha hecho una experta en “Anti-Bloqueo”, de ahí que a cada rato me sorprenda un amigo con brillantes ideas de “cómo romper el bloqueo que nos impone la dictadura Castrista”.

Ya mis escritos se leen en cada uno de los principales periódicos del mundo (y publican estractos de mis denuncias), se lee en el Vaticano, lo lee el encargado de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, lo leen congresistas (que me han escrito) desde sus cámaras en diferentes países, lo lee la prensa cubana en Estados Unidos la cual los duplica en otros medios, pero principalmente lo leen cientos de lectores que gentilmente han llenado mi correo-e durante este tiempo que estuve fuera de circulación.

Me preguntan qué me ha pasado y les digo que ha pasado mucho, pero al final se les acaba la cuerda a los inquisidores que ya no pueden llevarnos a prisión como antes, con la llegada del año 2010 nuestros blogs alertaron tanto a los politicos del mundo que hasta la Unión Europea ha acordado sancionar a la dictadura cubana hasta que no libere a los presos politicos y haga cambios tangibles en su trasnochada inquisición, esa enorme presión junto al viejo embargo norteamericano está dando sus frutos que aunque de una forma muy lenta para nuestros estrujados corazones nos permite salir a flote y respirar de vez en cuando. Los embargos y sanciones sí funcionan, y ahora es que lo comprendo, pero lo malo que tienen es la lentitud con que avanzan cuando se trata de tiranos tan sanguinarios como el nuestro.

Los que si son rápidos y efectivos son los bloqueos pero son muy difíciles de implementar y muy pocas veces la humanidad los ha visto actuar; el único que conoce nuestra generación es el que se le aplicó al regimen racista de Sudáfrica donde todas las naciones del mundo se pusieron de acuerdo y mataron al perro de un disparo en pocos meses.

Las presiones sí funcionan mis hermanos, sigan presionando que gracias a esto yo estoy vivo.

Pepe Beltrán